¿Con qué actividad he aprendido más?

La actividad de este trimestre con la que más he aprendido es la oca de la fase ascendente de la revolución francesa.

En esta actividad, ordenamos cada uno de los acontecimientos más relevantes de la revolución francesa en una línea cronológica de una manera muy precisa, de forma que era muy fácil comprender que acontecimiento es consecuencia de otro o cual va antes o después. Además, las imágenes que acompañan a cada dato ayudan muy eficazmente a entender que fue lo que ocurrió en cada casilla.

A la hora de estudiar, sirvió de mucho tener todos los acontecimientos ordenados de forma casi esquemática, sintetizar en una sola hoja todo un proceso de transacción de reino a imperio, pasando por directorio, asamblea, etc.

Por  estos motivos, opino que ha sido la más útil de las actividades que hemos hecho.

Diario de una barricada

Me levanté temprano, con el olor a sangre, podredumbre y muerte recordándome inmisericordemente que estaba ocurriendo. El ruido y el miedo no me dejaron pegar ojo, además de toda esa gente a la que había en mi casa,  casa que yo mismo había cedido a los defensores de la barricada, que aprovechaban hasta el último minuto de su turno de descanso.

He viajado por tres de los continentes, comerciando todo tipo de mercancía y, en ningún rincón del planeta, en ninguna nación del mundo, encontré tanta tiranía como la que emana de mi tierra natal, de Francia.

Pero tampoco he visto al pueblo luchar unido en parte alguna, con la libertad como argumento y como arma la esperanza. Tras coger el fusil y apenas lamer un mendrugo de pan duro, salí con fiereza renovada de mi hogar. Nadie hubiera dicho en ese soleado día que a una manzana, ejército y pueblo intercambiaban plomo derramándose así la sangre. Admito que no pensaba en otra cosa que en la muerte, y que el miedo me abordaba por completo. Pero a mí y a los ancianos, y a los niños, y a los hombres, y las madres, y a los trabajadores, artesanos y campesinos, a los comerciantes y a todos los combatientes, ya nos lo habían quitado todo. El ataque que más temible es del que no tiene nada que perder.

¿Estamos viviendo la Cuarta Revolución Industrial?

Para poder contestar correctamente a esta pregunta, debemos antes dejar claro desde el principio qué es una revolución industrial, para comparar sus características con lo que actualmente está ocurriendo.

Una "revolución industrial" es un conjunto de cambios tecnológicos, económicos y sociales que impactan directamente en la población, modificando por completo el modelo industrial de la época.

Habiendo dicho esto... ¿qué está sucediendo ahora?

Nadie negará que la llegada de la robótica en nuestra vida es inminente. Los avances tecnológicos están acelerando y acelerando, como por ejemplo en el ámbito de la inteligencia artificial (recientemente, Google ha desarrollado un algoritmo (Alpha Zero) que, con tan solo introducirle las normas del juego del ajedrez, en 24 horas ha logrado aprender jugando contra sí mismo y conseguir así derrotar al motor más potente en la actualidad).

Ahora bien, ciñéndonos al aspecto puramente industrial, cabe decir que las máquinas comienzan a suplantar (y sí, suplantar, no ayudar, ni facilitar la labor de los trabajadores) a la mano de obra humana.

El papel del ser humano en la producción es claramente menor, aunque se creen puestos de trabajo en otros ámbitos. A este ritmo, no pasará mucho tiempo hasta que el sector secundario esté plenamente formado por robots (robots a su vez construidos por otros robots).

Ahora bien... ¿una revolución industrial? El cambio es evidente, y el impacto también, pero dado que estamos en medio del proceso, quizá nos falte ver el final de todo este periodo de evolución tecnológica para que seamos capaces para enmarcarlo dentro de un nuevo suceso histórico. Una revolución, sí. Su trascendencia, el tiempo lo dirá.

¿Por qué motivo se puede considerar el estallido de la Revolución Francesa como el punto de partida de la Historia Contemporánea?

Durante siglos, más bien milenios, los protagonistas de la historia, quiénes escribían capítulo tras capítulo todos los acontecimientos de nuestro mundo han sido reyes, emperadores y generales. Pocas veces el pueblo levantó la voz para decidir el curso del destino de la humanidad.

La revolución francesa puso fin a todo esto, fue el culmen de los valores ilustrados y estableció las bases de lo que llegaría a ser nuestra sociedad actual. Nuestra sociedad contemporánea.

Supuso el principio del fin definitivo del Antiguo Régimen, el fin de los privilegios y de la sociedad estamental. Se agotaron los días del principio de autoridad, de las monarquías absolutas, de la economía agraria conservadora y simplista.

La revolución fue la explosión de todo un proceso, un proceso de nuevos pensamientos, nuevas formas de gobierno, un nuevo progreso que no fue ideado por un líder sentado en el trono de un lujoso palacio, sino por toda una nación.

Creo que se puede considerar como el inicio de la Edad contemporánea porque fue la primera chispa que acabaría incendiando a todo el mundo estableciendo, la que poco a poco se convertiría, en la mentalidad de la sociedad de nuestros días.

¿Es realmente representativo el sistema político de los EE.UU.?

Lo primero que hay que tener en cuenta para poder responder a esta pregunta es comprender como es este sistema, por lo menos en lo que a elecciones se refiere.

El mundo contemporáneo: Historia y problemas.

Es una república federal constitucional, formada por 50 estados. Los ciudadanos eligen de manera directa al senado y a la cámara de los representantes, y de manera indirecta al presidente. Cabe preguntarse: ¿tiene el presidente el apoyo de la mayoría de los ciudadanos? La respuesta es muy clara: no.

¿Cómo es esto posible? Sencillo: el presidente es elegido por los electores, elegidos por los ciudadanos según el estado. En cada estado, existe un número de electores proporcional a su población, y el partido ganador en dicho estado, consigue a todos los electores de ese territorio. A todos. Es irrelevante el nº de votos obtenidos por el partido rival, porque tan solo con 1 voto más, se gana todo el estado.

Pongamos un ejemplo de lo que podría ocurrir (de manera exagerada, para ilustrarlo mejor), donde por cada 10 habitantes exista 1 elector, redondeando hacia abajo:

Estado A: 10 electores-- 52 votos Partido X, 54 Partido Y-- ¡10 electores para Y!

Estado B: 10 electores-- 98 votos Partido X, 6 Partido Y-- ¡10 electores para X!

...

Como vemos, ambos partidos tienen el mismo número de electores, pero... ¡El Partido X tiene 150 votos y el Y tan solo 60!

Repito, que este es un ejemplo elevado al absurdo, y que este problema no existe solo en EE.UU, pero sirve muy bien para ilustrar la falta de coherencia en este sistema, que solo beneficia a los dos principales partidos, y que imposibilita la aparición de nuevas fuerzas políticas que representen a una parte importante de la población.

Conclusión:

Según mi opinión: no, el sistema político de los EE.UU no es realmente representativo. Al menos de una manera plena.

Por último el ejemplo de las últimas elecciones:

Todo esto sin tener en cuenta la alta abstención (indiferencia política, las elecciones se celebran en martes, etc.). Quizás hiciera falta una enmienda de la constitución para arreglar este problema, pero tan solo un 2% de la población puede detener este proceso... otro tema de debate.

Sin nada más que alegar, ¡hasta pronto!